Crítica: ¿Quién puede matar a un niño?
Es hora de hablar sobre una de las películas mas aclamadas del terror español, dirigida por Narciso Ibáñez Serrador, estrenada en 1976 y basada en la novela “El juego de los niños” de Juan José Plans, que con su contenido violento y bien elaborado, viene marcada por una gran critica social a favor de los niños y por las atrocidades que se han cometido en contra de ellos a lo largo de la historia.
La película comienza con un fuerte documental con impactantes escenas, entre imágenes y videos, acompañada de una tétrica e inocente melodía a base de voces de niños, el cual nos hace entender que ellos siempre han sido víctimas de los abusos y errores de los supuestos entes consientes, maduros, desarrollados y con discernimiento llamados “adultos”, cosa que se ha dado a lo largo de toda la historia, entre ellas las famosas “guerras”, que inevitablemente perjudican a gente inocente, tan inocentes como los mismos niños, que quieran o no, siempre crecerán en un ambiente tal en que los adultos tienen la culpa de todos sus problemas, traumas e incluso de su futuro.
De ahí nace la trama de esta asombrosa película, en que son los niños los que cobran venganza por la serie de barbaridades cometidas contra ellos a lo largo de los años, donde una especie de virus que se contagia con la mirada, hace a los niños asesinar brutalmente a cualquier adulto como si fuese un entretenido y agradable juego, sin dejar de ser lo que son, solo que ahora su pasatiempo favorito es aniquilar a todo aquel ser maduro que se les cruce por delante.
Los protagonistas son una pareja de turistas que viajan a una isla alejados de la sociedad para pasar sus mas terribles vacaciones, es ahí donde se dan cuenta que no existe ni un solo adulto, descubriendo la plaga mas perversa y a la vez inocente que intentará acabar con sus vidas. Es aquí donde comenzará una lucha por lograr escapar de ese lugar sin lastimar a ningún infante, ya que como dice el titulo... ¿Quién puede matar a un niño?
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