Crítica: El luchador – The wrestler

Randy `The Ram´ Robinson fue un luchador profesional en los 80, época en que la gloria y majestuosidad de sus movimientos deleitaba a sus fanáticos, siendo este una verdadera superestrella del wrestling, idolatrado y aclamado por la multitud, quien podría ser considerado una leyenda viviente de la lucha libre… Pero estos tiempos ya pasaron y su fama ha decaído, los canticos a su nombre ya no son los mismos de hace unos años atrás y su cuerpo ya no se mueve como antes, dándole fin a sus años de gloria, convirtiéndose en una persona común y corriente.

Los problemas se hacen presentes en toda la película, y de haber llegado a la cima hace unos años, actualmente solo lucha los fines de semana en una empresa independiente para ganarse la vida, aunque esto no será por mucho tiempo ya que su cuerpo no estaba preparado para la sorpresa que le regalaría el destino, o mejor dicho sorpresas.

La trama no gira precisamente en los momentos gloriosos de Randy, más bien en la vida después de la fama, una vida acompañada de la soledad, pobreza y problemas irremediables, que lo van llevando a lo mas hondo de un pozo del que ni siquiera el mas fuerte podría escapar. Pero cuando todo esta perdido solo queda algo y es su amor por la lucha libre, aunque precisamente no es algo que lo llevará a salir adelante, podría ser una decisión que lo llevaría finalmente a conseguir su felicidad y quizás una ultima sonrisa.

Reconozco que esta película casi me saca lágrimas en más de un momento. No es una simple historia de un luchador exitoso, ni menos un documental de lucha libre, ni nada por el estilo así que la recomiendo a cualquiera que quiera disfrutar de una buena película.